[Spirited Away] Su Chihiro

Tenía las rodillas raspadas, el rostro sucio y el cabello deliñado, pero para él, seguía siendo igual de hermosa. Cuando la fue a ver esa mañana para pedirle que se encontraran pudo notar como tiritaba bajo las sabanas, que tenía miedo… Que estaba terriblemente asustada. Y luego él también se sintió mal, porque si no fuera por su culpa, aquella criatura se podría haber salvado de aquello. Aunque no tenía esa certeza, era algo así como una corazonada.

Lo que peor hacía sentir a Haku con respecto a Chihiro, era que aunque la estaba ayudando a volver a su mundo, a salvar a sus padres; él sólo deseaba tenerla más y más tiempo a su lado. No quería alejarla, no quería separarse de ella. Por eso era que se había ido y había aceptado aquel loco encargo de Yubaba contra Zeniba, porque ya no soportaba verla trabajar y no poder hablarle como quería, no poder tocarla, no poder acariciar su cabello y comer juntos, sin que nadie los molestara.

Eso era lo que había pensado en ese momento, pero cuando ése papel lo atacó de vuelta a los baños, sólo pudo pensar que no quería que Chihiro lo viera así de mal, así de herido y débil. No quería que lo reconociera y sintiera lastima por él. Y aún así aquella chica había hecho exactamente lo que él no quería que hiciera. Pero a fin de cuantas lo había salvado.

Cuando había despertado con Kamachi sólo podía recordar la voz de su niña, pero nada más que eso. Luego ese anciano le comentó que ella lo había salvado. A él. ¡A un dragón! Pero a pesar de todo, él sólo quería verla, abrazarla y no soltarla nunca, porque había arriesgado su vida para salvarlo a él. Pedirle disculpas por lo que había dicho cuando no la querían dejar trabajar. Quería verla por todos los dioses, ¡y esa terca niña se había ido! Lo había dejado para recuperarse, pero ¿Es qué no podía esperarse unos minutos?
Por eso mismo, cuando ella le otorgó su nombre nuevamente, se sintió como el ser más feliz de todo el mundo. Esa pequeña criatura le había devuelto su nombre, y a la vez le había devuelto la capacidad de amar. Y de amarla sólo a ella, porque no importaba nada, él sólo la podía amar a ella, a nadie más. A ninguna otra.

Porque ella era su Chihiro

[FT] 3 Segundos que Derivan en Desesperación


Los personajes de Fairy Tail son propiedad de Hiro Mashima, :D Y no hago esto con fines de lucro.
Este Fic contiene Spoiler, si no haz leído capitulo de 334 de Fairy Tail, no lo leas. Créeme.

L.D Sforza
~3 Segundos que Derivan en Desesperación~

..::Y todo acabó::..

¿Por qué?
¿Por qué lo hizo?
¿Por qué él y no yo?
¿Por qué todo termino así?
… ¿Por qué tuvo que terminar? ¿Acaso no podía quedarse todo como estaba?
¿¡Acaso no podía!?

Recuerdo que sentí que me empujaba y caía con fuerza, aunque no me importo demasiado… También recuerdo que levante la vista y su hermosa espalda estaba en mi dirección, tan fuerte y musculosa, tan protectora. Sentí que mil mariposistas se juntaban en mi estomago al solo pensar en ello… y de pronto…

Todo acabo.

Todo se rompió.

Fueron solo 3 segundos… nada más. Aunque a mí me parecieron minutos, horas, días… Años.
Interminables años, en los que siempre la misma imagen se repetía.

La de él muerto.

De mi único gran amor, de mi gran Gray-Sama.
De la única persona que jamás amare.
El primer golpe fue el más doloroso… creo, ya no puedo recordarlo con exactitud. Pero si recuerdo su sorpresa, su dolor. Mi miedo.

¿Por qué hizo eso? Yo me podría convertir en agua y todo resuelto. Él no habría muerto. Él estaría ahora conmigo, diciéndome lo último que quería decir; Vivo.

Luego siguieron los demás… casi recuerdo una sonrisa cuando vio que yo estaba bien… pero no estoy segura. La sangre en sus labios y rostro me dificultaba la visión de su perfecto rostro. Y una y otra vez, aquellos ataques lo a travesaban, lo rompían. Lo quebraban.
Y de paso me quebraban a mí también.
¿Y que qué podía yo hacer?

Mucho.

¡Pero no hice nada! ¡No me moví! ¿Por qué? ¿Por qué?... ¿Por qué?
¿Qué se supone que debo hacer con este sentimiento que se derrama en mis manos?
Y un ataque más, y otro… y otro y no pararon.

¿¡Por qué no paran!?

Y luego… luego estaba él. Con una sorpresa y terror en sus ojos que no se lo quitaba nadie. Quise gritar, decirle que se moviera, que por favor saliera de ahí. Pero no podía hablar, mis cuerdas vocales estaban cerradas. Cerradas por completo.
Toque mi rostro con desesperación y de pronto… espera… ¿Cuánto tiempo llevo llorando? ¿Cuánto llevo suplicando en silencio piedad con él?

Ah, claro… 3 segundos.

Y luego, aquel golpe en su frente… aquella ultima estocada. Aquella intima instancia.
Aquella última esperanza.
¿Y qué era aquello? No lo lograba ver bien… era una imagen borrosa de un hombre mal herido cayendo al suelo, pero ¿Quién era?
Me acerque, con miedo y precaución ¿Pero, por qué estaba así? Si ese hombre no lo conocía.
Aunque se parecía tanto a mi Gray-sama…

… Demasiado.

… Espera… ¿Por qué este hombre lleva un collar como el de Gray-sama?

¿Por qué es tan igual a él?
¿P-Por qué?

… ¿Y donde esta Gray-sama?

Mire nuevamente al hombre y las lagrimas aumentaron. No temí volverme agua y morir y ya.
No… ¿Cómo temer si ya no tengo nada que querer proteger?
Aquel hombre era él… Mi Gray-sama… Mi gran amor.

- ¡GRAY! – No recuerdo bien cómo fue que salió mi voz, pero si recuerdo que estaba quebrada. Rota por el impacto, por el dolor y la angustia.

¿Pero ya qué más da ya?
Ya no importa. Juvia esta como estaba antes. Sola y sin alguien a quien amar.

Sin Gray-sama
Sin nada.
Como siempre…

¿Qué cuanto tarde en perder mi cordura, mi vida y en romperme?... Pues solo 3 segundos.

[Free!] Sonríe por mí


Los personajes de Fee! son propiedad de Kōji Ōji, :D Y no hago esto con fines de lucro.
Este Fic contiene yaoi (Chico x chico) Si no te gusta, ruego abstengas de leerlo.

L.D Sforza

~Sonríe para mí~

Los había visto, los había escuchado… Y aun así, su sonrisa siempre estaba presente, nunca faltaba, nunca se iba. Tan duradera como el aire, como una roca… Como su amor a Haruka.

Solo había un pequeño – Gran.- problema…

Su amor no era correspondido.

Su querido amigo era de otra persona, eso siempre lo tuvo claro, pero no por eso se rindió. No. Claro que no, esa no era su naturaleza… Pero ahora todo es diferente.

El feliz Makoto hoy no sonreía.

Y eso era muy – Pero MUY.- preocupante.

- Makoto… ¿Estas bi–?
Y a Rin solo le esperó la mirada gélida del castaño. ¿Qué pasaba con él? Si fuera una chica, diría que está en sus días o algo así, ya lo había visto con Gou…

Pero Makoto era un chico… Hecho y derecho.

- ¡Chicos! – Hoy era día de prácticas en conjunto con el club de nado de Rin, por lo que Itawobi no podía parecer menos, esos días en especifico era cuando Gou gritaba más que nunca.- ¡Vamos! A practicar el relevo de nuevo.

Makoto bajo al agua en silencio.

No… NO. Esto tenía que ser antinatural, algún alíen lo había abducido o algo, pero ¡Makoto no podía estar así se serio!... Y mucho menos en una piscina.

Nagisa lo miraba preocupado desde la plataforma, pero prefirió no decir o preguntar nada.
Y el pito sonó indicando el comienzo de la carrera.

Y Makoto como siempre, fue el primero, pero está vez estaba diferente, aunque avanzaba con mayor rapidez que nunca, su rostro serio y casi aburrido hacia que parecería que ni él mismo fuera. De hecho, no parecía esforzarse mucho.
Y pobre del otro chico, puesto que cuando este iba a la mitad del camino de ida, Makoto ya estaba de regreso.
Y aunque todos estaban encantados y sorprendidos por aquella carrera, miraban preocupados a su amigo. Sobre todo Haru, que en cuanto llegó el castaño a la orilla, extendió su mano para ayudarlo.

Pero él la rechazo.

Y Haru se quedó de piedra. ¿Qué estaba pasando? ¡Makoto ni siquiera lo había mirado!
Iba a voltearse para decirle algo, pero en poco iba a ser su turno de nadar. Y cuando salió del agua se sintió muy sólo, porque Makoto no estaba ahí para ayudarlo a subirse, tampoco estaba cerca de la piscina, y de hecho, sólo estaba Rei ahí.
- Haru-san, Gou quiere hablar con nosotros... -Susurró serio. Y Haruka supo de inmediato que no le iba a gustar lo que dirían.-
Así que con pasó rápido se dirigió a los vestidores de hombres, quería ver a Makoto antes de hablar con Gou.

Pero él no estaba ahí.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Gou estaba ahí? ¿Y por qué parecía tan triste?

- Haru-san... -Comenzó de a poco, pero Nagisa la interrumpió.-
- Makoto dejó el club y quiere que tú seas el presidente... -Y aunque aquello sonaba tan convincente y real, Haru no lo creyó.- ¿A dónde vas? -Preguntó el rubio curioso, al ver como el moreno comenzaba a vestirse.-
- No le di comida al gato en la mañana y Makoto no sabe donde la guardo. - Dijo con su típico tono monótono, para luego despedirse con la mano, y una vez fuera del la vista de todos, comenzó a correr.

Haruka nunca ha sido muy bueno para correr, prefiere trotar o por detecto nadar. Pero no correr.
Por eso estaba sorprendido el mismo por lo que estaba haciendo. Pero es que su cuerpo le gritaba que corriera para llegar donde su amigo... Makoto no estaba bien, y él lo haría entrar en razón fuera como fuera.
Aunque la verdad, él ya había visto a su amigo serio, incluso lo había visto llorar, pero eso siempre ocurrió cuando estaban solos. Siempre que había más gente, Makoto sonreír y mostraba su faceta amable.

Eso era lo que más lo enfurecía.

Se suponía que Makoto solo le mostraba esas expresiones a él... ¿Por qué hoy tenía que mostrarles a todos algo que solo él conocía? Le molestaba... Lo ponía furioso saber que alguien más había visto a su Makoto enojado y...
Se detuvo de golpe, sintiendo el frio peso de la realidad sobre sus hombros.

Acaso había dicho...

¿Qué Makoto le pertenecía?

A unas pocas cuadras podía ver la escalera que dirigía a su casa y estuvo casi seguro de haber visto una mancha oscura subir por ellas. Era Makoto.

Pero a pesar de que quería llegar de una buena vez a su lado, su cuerpo no lo dejaba.

¿Makoto le pertenecía? ¿Desde cuándo era que había visto a Makoto como algo suyo?

¿En qué punto fue que dejo de pensarlo como un simple amigo?

Y de pronto se dio cuenta. Fue como si una lucecita se prendiera en su interior.

Makoto siempre había estado junto a él. Aún cuando le molestaba de pequeño su presencia, aprendió a tenerlo cerca hasta el punto que su separación le dolía. No podía estar lejos de él. No quería estar lejos de él.

Y eso fue suficiente motivación como para seguir corriendo y llegar de una buena vez donde su amigo.

Justamente ahí estaba, sentado en la escalera, con una bolsa de comida de gato a su lado y con el pequeño felino entre sus brazos.

Se le acercó lentamente, con la respiración agitada.
- ¿¡Qué crees que–!?
Haru tampoco nunca ha sido bueno para gritar, de hecho, con suerte y habla mucho, pero ahora estaba tan enojado que no le importaba nada de eso. Tenía que volver a ver a su Makoto como estaba antes. Pero antes de que pudiese terminar su oración el castaño lo interrumpió, mirándolo con ojos fríos.

Nada común en él.

- ¿Qué haces aquí? – Y Haru se sorprendió de nuevo. Makoto solía terminar las frases con su nombre o su diminutivo, casi nunca lo hacía a secas como ahora.
- ¿Cómo que qué hago aquí?... ¿No es obvio?
- Anda al club. Posiblemente Rin esté preocupado. – Haru notó algo extraño. ¿Qué tenía que ver Rin en todo esto? ¿Acaso Makoto estaba…

… Celoso?

De pronto un recuerdo le vino a la mente. Hace unos días en la clase de biología habían hablado sobre los animales con pareja única. Y las orcas estaban entre las primeras.
Makoto levantó la mirada hasta topar con la de su amigo. Desde pequeños que habían aprendido a comunicarse a través de los ojos, era algo muy común para ellos saber que pensaba el otro o que haría con solo mirarlo.

Pero el castaño jamás se esperó aquello.

Bueno, siempre imagino que su primer beso sería muy distinto, con un atardecer y toda la fruslería cursi. Aunque tenía que admitir que Haru estaba haciendo un excelente trabajo. Ni siquiera se había dado cuenta en qué momento específico el moreno se le había lanzado encima y sus labios habían dominado los de él.
Tampoco sabía desde que punto le había correspondido con todas sus energías.
Pero si que sabía que hacía mucho que deseaba algo así, por lo que cuando el moreno tomo su cabello entre sus dedos y empujo con suavidad su cabeza para que sus bocas y cuerpos estuvieran más juntos, no opuso resistencia alguna. Era como un placer culpable el siempre hecho de saber que su primer beso es con su mejor amigo, en la calle. Frente a su casa.

Pero la verdad, no le importaba los modales ni nada de eso ahora, solo quería sentir más el sabor de su castaño, quería poder tocar su gran espalda y por sobre todo. Quería que volviera a sonreír.
- Haru… - Reclamó el castaño, tratando de separarse un poco, el aliento le faltaba y sentía un extraño pero conocido calor recorrer su espalda y abdomen bajo.
- Sonríe de nuevo. – Le exigió Haru, rompiendo el beso pero manteniendo la cercana proxémica entre los dos.
- ¿Por qué tendría que sonreír si la persona que más quiero esta con otra? – Pregunto de golpe, con las mejillas rojas. Y en ese mismo instante Haru pensó que Makoto era una gran imbécil. - ¡Anda con Rin, Haru! ¡Él es quien –!
- ¿Acaso eso no te dejo en claro a quien amo? – Preguntó de vuelta Haruka, mirando a su amigo unos segundos antes de volver a besarlo, con la misma intensidad que antes. – Sonríe para mi Makoto, y para nadie más.
Bueno, Haru supo de inmediato que se había vuelto adicto al sonrojo de su amigo y que no quería esperar ni un segundo más para cumplir sus oscuros pensamientos. Pero había un solo problema hasta el momento.
- ¿Volverás al club?
- ¿Debería?
- Si, deberías. – Le respondió de manera seria el moreno, mirándolo con sus profundos ojos azules. – También deberías darme una buena explicación del porque todo esto… Pero… - Sonrió un poco, levantando y extendiendo su mano hacia su amigo. – Eso después, ahora quiero hacer otro tipo de cosas.
- ¿Qué tipo de cosas? – Pregunto Makoto con una leve sonrisa en los labios, ligeramente ladeada y picara.

Y nuevamente Haru tuvo una certeza.

Esa noche iba a transpirar mucho con Makoto.


Muy bien. espero que les haya gustado :) Besotes .3. y nos leemos tal vez en otro fic ;) Bye~
Becca Off.

up